Yo debía un millón de lempiras porque unos negocios no me salieron bien y llegue a un punto de crisis. En ese momento los bancos no dejaban de llamar para cobrarme los préstamos y tarjetas de crédito que simple y sencillamente no podía pagar. A los cobradores no les importaba mi situación y lo único que sabían decir era que tenía que pagar. No encontraba en los bancos alguien que me escuchara y que me diera una solución hasta que la hablé en Cero Deudas. Con la ayuda de ellos me quité el estrés de estar recibiendo llamadas, me ayudaron a conseguir un descuento de L 700 mil. Ahora llevo mis cuentas al día y no recibo las llamadas de cobros que me hostigaban.

Cero Deudas me ayudo a evitar que me embargaran el salario porque tenia unas deudas bien altas de tarjeta de crédito. Ellos me ayudaron a conocer mis opciones y ahora estoy tranquila porque si me hubieran embargado era posible que me despidieran.

Recuerdo sentirme acorralado, sin salida, sin que nadie me entendiera. Me cansaba escuchar de la gente "Como caíste en tanta deuda". La voz crítica no faltaba, lo que buscaba era alguien que me entendiera y que me diera la mano en esos momentos difíciles donde no se miraba la salida. Eso fue lo que encontré en Cero Deudas. Al plantearle mi problema me hicieron ver de que no era el único en esa situación. Qu estas cosas a veces pasaban pero que con ayuda y haciendo unos cambios todo era rescatable. Hoy, estoy por terminar mis pagos de esa deuda de la cual jamás pensé salir. Solo tomó paciencia y alguien que me acompañara en este proceso. Gracias Cero Deudas.