La frugalidad es un “rasgo de estilo de vida que refleja la adquisición disciplinada y el ingenio en el uso de productos y servicios” (Lastovicka et al., 1999). Es decir, que consumes lo necesario para ser feliz sin caer en excesos, y, que constantemente buscas la manera de recortar gastos. Significa también que, tienes mucho dominio propio ante el materialismo de corto plazo (comprar lo que está de moda, comer en restaurantes con excesiva frecuencia, hacer compras impulsivas, etc.) y priorizas retos de largo plazo (adquirir tu vivienda, mejorar tu educación, hacer un fondo de inversión, etc.).

La clave para vivir de esta manera es la forma en que piensas y luego actúas. Es decidir que serás el protagonista de tu vida tomando las decisiones que más te convienen y rechazar ser una víctima del entorno. Puedes lograrlo preguntándote ¿Realmente necesito este bien o servicio que estoy adquiriendo? ¿Puedo pagar la cuota del crédito sin un deterioro en mi capacidad de ahorro? ¿Habrá otra opción menos cara? ¿Qué gastos tengo en mi presupuesto que puedo reducir o eliminar?

A continuación, te compartimos algunas acciones que ejecutan las personas frugales:

  • Ahorran para dar primas altas en compras de carros o viviendas a manera de endeudarse menos;
  • Pasan pendientes de apagar aparatos eléctricos que no están en uso;
  • Voluntariamente gastan menos de los que ganan, y;
  • Cuidan y alargan la vida útil de sus pertenencias, entre otros (O´Brien, 2018).

Eres valioso por quien eres y por la calidad de relaciones que construyes con las personas. Comienza a vivir tu estilo de vida frugal con estos consejos y verás los resultados en tu bolsillo.

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